Friday, September 26, 2025

Los Guardianes de Hielo: Descubriendo los Secretos de la Cordillera del Barroso desde Tacna

Desde la bulliciosa y heroica ciudad de Tacna, una mirada hacia el horizonte este revela una silueta imponente y, para muchos, misteriosa. Tres gigantes de nieve y roca se recortan contra el cielo azul, testigos silenciosos de la historia de la ciudad. Sin embargo, en el ajetreo diario, los tacneños y visitantes suelen pasar por alto su presencia, ignorando los nombres y las historias de estos apus tutelares que han custodiado el valle desde tiempos inmemoriales. Este artículo es una invitación a redescubrirlos, a aprender sus nombres y a maravillarnos con la majestuosa cordillera del Barroso.



La Cordillera del Barroso: Un Gigante Dormido con Millones de Años

No se trata de montañas aisladas, sino de un sistema montañoso completo y fascinante: la Cordillera del Barroso. Esta cadena, que se levantó hace aproximadamente 60 millones de años, es parte de la Zona Volcánica Central de los Andes, una franja de intensa actividad geológica que abarca Argentina, Chile, Bolivia y Perú. Con una longitud de 110 kilómetros, se inicia en el volcán Tacora, en Chile, recorre todo el altiplano tacneño y termina su trayecto en Moquegua.

Su nombre evoca una historia de la conquista. Los historiadores relatan que debe su denominación a un compañero de Diego de Almagro quien, durante el arduo retorno desde Chile hacia el Cusco, pereció al cruzar estas gélidas cumbres.


Los Tres Colosos: Los Nevados que Vigilan Tacna

Si usted se para en cualquier punto elevado de Tacna y mira hacia el este, verá (cuando el smog y el caos visual de cables y construcciones lo permiten) tres cumbres principales, de izquierda a derecha:

1. Nevado Barroso (5,741 msnm): El que da nombre a toda la cordillera. Su imponente masa es un recordatorio de la fuerza volcánica que modeló la región consta de cinco picos o cumbres, entre ellos, el más alto Barroso, Barroso Rocoso y Achacollo.

2. Volcán Chupiquiña  (5,784 msnm): Tal vez el más emblemático por su forma. Existen leyendas que atribuyen a su perfil la inspiración para los característicos techos mojinete que coronan las casas tacneñas. Su silueta afilada es un desafío para cualquier montañista, la cumbre la comparte Perú y Chile.

3. Volcán Tacora (5,980 msnm): Aunque su base se encuentra en Chile, es el más alto del trío y su cumbre nevada es la que se alza con mayor majestad en el horizonte. Es el punto de inicio geográfico de la cordillera.

Es una ironía que, a pesar de su grandiosidad, estos guardianes sean tan desconocidos. Pocos saben sus nombres, y menos aún han escuchado las historias y leyendas que encierran.


Un Lujo Natural: Ver Nevados desde la Orilla del Mar

Uno de los espectáculos más insólitos del Perú, y que pocos tacneños conocen, ocurre en el litoral. Desde la desembocadura del Río Sama, entre las caletas de Rancho Grande y Los Palos, es posible pararse sobre la arena y, con el mar a sus espaldas, contemplar la blanca estela de la Cordillera del Barroso recortada en el horizonte, también desde el desierto de Sama y se ve hermoso cuándo es la época de lomas. Este fenómeno, donde el desierto costero, el océano Pacífico y las cumbres nevadas se funden en una sola imagen, es tan poco común que para encontrar algo similar tendríamos que viajar a los fiordos de Noruega o Nueva Zelanda. Es un privilegio natural que posiciona a Tacna de manera única en el mundo.


Más Allá de la Ciudad: El Tutupaca y el Yucamani

Desde la ciudad de Tacna, es imposible ver otros dos volcanes importantísimos: el Tutupaca (5,815 msnm) y el Yucamani (5,508 msnm). Sin embargo, si se visita el histórico Monumento del Campo de la Alianza, y las lomas aledañas, la perspectiva cambia. Desde allí, hacia el noreste, la figura del imponente Tutupaca se revela. Este volcán, junto al Yucamani, fue escalado por primera vez de manera documentada por una expedición austriaca en 1968, liderada por Raimund Heinzel. Dicha expedición fue histórica: cartografió la zona y coronó 66 picos, de los cuales 63 nunca antes habían sido hollados por montañistas modernos. Sin embargo, encontraron en las cumbres vestigios de ofrendas, prueba de que el hombre andino antiguo ya había llegado allí siglos atrás, probablemente en ceremonias rituales.

El ascenso técnico a estas montañas es una hazaña. Montañistas tacneños como Pablo y Arturo Cáceres coronaron el Yucamani en el año 2000. Y más recientemente, en 2014, una expedición que incluía al reconocido conductor Manolo del Castillo logró el primer ascenso registrado al Nevado La Monja (5,600 msnm), desde cuya cima la vista de la cordillera es, en palabras de los expedicionarios, "simplemente espectacular".

La Aventura de Coronar un Gigante: La Expedición al Chupiquiña

La ascensión a estos colosos no es tarea fácil. Un relato de una expedición reciente al Chupiquiña ilustra el desafío. Partiendo desde Alto Perú (4,200 msnm), los montañistas enfrentan una caminata exigente para aclimatarse. El ascenso final comienza de madrugada, sorteando un terreno pedregoso y respetando la delicada línea fronteriza con Chile que cruza la cumbre. Los expedicionarios observaron la resiliente vida a gran altura: plantas que crecen entre las rocas, huellas de zorros y pumas, e incluso una mariposa blanca en la cima, un símbolo de pureza a más de 5,700 metros. Llegaron a la cima rocosa peruana (5,750 msnm), concluyendo que su conquista total requiere de equipo técnico de escalada, pero abriendo la posibilidad a futuras rutas que permitan a más personas disfrutar de una vista panorámica única del Valle de Tacna.


Un Patrimonio por Descubrir y Proteger

Bajo la sombra de estos gigantes se extiende la puna seca del altiplano, un ecosistema frágil y de peculiar biodiversidad, hogar del emblemático suri (ñandú andino). Esta área es tan valiosa que cuenta con el Área de Conservación Regional Vilacota-Maure. La futura carretera Tacna-Collpa-La Paz, que incluirá el Paso de los Vientos (a 5,000 msnm, el paso internacional más alto del mundo), representa una oportunidad única de desarrollo, pero también una amenaza si no se gestiona con cuidado para no dañar la biodiversidad y la cultura de los pueblos aymaras.

La Mancomunidad Municipal de Integración Fronteriza Collpa (que agrupa a Pocollay, Calana, Pachía y Palca) de reactivarse, tiene ante sí la titánica tarea de promover un turismo sostenible de montaña, avistamiento de aves y valorización de los sitios termales y el patrimonio cultural aimara, evitando los errores del pasado.


Recordar a los Guardianes

Tacna no solo es su centro histórico, su gastronomía o su zona franca. Tacna es también su geografía grandiosa. Los nombres Barroso, Chupiquiña y Tacora deben dejar de ser un misterio para convertirse en un orgullo. Son nuestros apus, nuestros guardianes de hielo, un patrimonio natural e histórico que nos conecta con el pasado prehispánico y nos proyecta hacia un futuro de turismo de aventura y conservación. La próxima vez que camine por las calles de la ciudad heroica, levante la mirada. Allí estarán ellos, esperando ser reconocidos, admirados y, sobre todo, protegidos para las generaciones futuras.